Este fin de semana he estado en una boda en mi ciudad natal, Burgos. Durante el evento, algún amigo me comentó que estaba a dieta y que no quería saltársela demasiado.
Así que en este artículo daré una serie de recomendaciones para este tipo de eventos.
En primer lugar, darte una buena noticia: mañana también puedes comer por lo que aunque no te cobren a la salida, no hace falta que te comas todo lo que está a tu alcance.
Empezamos por el refrigerio previo. Aquí es peligroso ponerse cerca del jamón o de cualquier bandeja ya que solemos tener hambre y este tipo de tapas suelen ser mas grasas. Si hay platos pequeños a mano, coge uno y pon 2 o 3 pinchos, preferiblemente los más ligeros (a base de pescado mejor).
Evita coger los pinchos a base de fritos o rebozados. No cojas más de los que te pongas en el plato. Dedícate a hablar más y a comer no tanto, piensa que con hambre no te vas a quedar, después habrá dos o tres platos principales más un postre.
Una vez estamos ya en el restaurante, céntrate en el contenido principal de los platos que suelen tener un alto contenido de proteínas: te saciarán más. . Evita las salsas y, sobre todo, olvídate de mojar el pan en el plato. ¿No nos estábamos cuidando?
El postre cómetelo con moderación. ¿Y si sólo te comes la mitad? Probablemente habrás saciado tus ganas de dulce y te ahorrarás bastantes calorías vacías.
Y por último y probablemente más importante, sé moderado con la bebida. No solo porque te puedas arrepentir al día siguiente de lo que le dijiste a la hermana de la novia sino porque cada copa de vino que te tomes (150 ml) son 120Kcal. y cada Gin-Tonic unos 320 Kcal.
En resumen: cuidado con los entrantes, come la verdura, la carne y el pescado evitando las salsas y los fritos, controla el postre y modera el pan y el alcohol. Seguro que te lo pasas igual de bien.
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